Daniel Pintó Casas

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De ti depende

En un pueblo oriental vivía en la montaña un anciano que era muy conocido por su sencillez y su sabiduría. Pero en el pueblo cercano vivía un joven malicioso y envidioso de aquel anciano.
Un día acompañado de un par de amigos decidió ir al encuentro de aquel anciano para dejarlo en evidencia, se compró un pájaro y fue al encuentro del anciano.
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Cuando estuvo frente a él, le dijo:

– Buen anciano, todo el mundo habla bien de ti; yo quiero ponerte a prueba a ver si lo que dicen de ti es cierto. Este pájaro que llevo en la mano, qué pasará con él, cuando la abra? : ¿volará o caerá muerto? – el joven pensaba: si dice que volará, aprieto la mano, lo ahogo y caerá muerto, por el contrario, si dice que morirá, abriré la mano y saldrá volando; este viejo, pensaba, no tiene escapatoria.

El buen anciano se dio cuenta enseguida del mal de aquel joven y empezó a mirarle fijamente a los ojos para que reflexionase, pero el joven insistía: ¿volará o caerá muerto?.

Finalmente el anciano clavó sus ojos en los del chico y le dijo: DE TI DEPENDE.

Fue suficiente, aquellas palabras le llegaron al fondo del corazón, abrió la mano, salió el pájaro libre y regresó, junto a sus amigos, en silencio al pueblo.

Aprender de las águilas

Entre las aves, el águila es la que vive mas tiempo, cerca de 70 años.
Pero para alcanzar esta edad, ella debe tomar una difícil decisión; nacer de nuevo.

Parábolas para crecer
A los 40 años sus uñas se encogen y se ablandan, dificultándole agarrar las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y puntiagudo, se encorva. Las alas envejecidas y pesadas, se le doblan sobre el pecho, impidiéndole emprender vuelos ágiles y veloces.

Parábolas para crecer
Le quedan al águila dos alternativas:
Morir o pasar por una dura prueba a lo largo de 150 días. esta prueba consiste en volar a la cumbre de una montaña y buscar abrigo en un nicho cavado en la peña. Allí golpea el pico viejo contra la roca hasta quebrarlo. Espera hasta que le crece el nuevo pico y pueda con el arrancarse las uñas. Cuando despuntan las uñas nuevas, el águila extirpa las plumas viejas y después de cinco meses, crecidas las plumas nuevas, arranca a volar de nuevo, decidida a vivir otros 30 años.

A lo largo de la existencia, la posibilidad de sobrevivir depende muchas veces de imitar el ejemplo del águila. El que se entrega, abatido, al peso del sufrimiento y de las dificultades, tiende a abreviar sus días.

Águila o gallina

Un guerrero indio se encontró un huevo de águila, el cual recogió del suelo y colocó más tarde en el nido de una gallina. El resultado fue que el aguilucho se crió junto a los polluelos.

Así, creyéndose ella misma gallina, el águila se pasó la vida actuando como éstas. Rascaba la tierra en busca de semillas e insectos con los que alimentarse. Cacareaba y cloqueaba. Al volar, batía levemente las alas y agitaba escasamente su plumaje, de modo que apenas se elevaba un metro sobre el suelo. No le parecía anormal; así era como volaban las demás gallinas.

Un día vio que un ave majestuosa planeaba por el cielo despejado.

Volaba sin casi batir sus resplandecientes alas dejándose llevar gallardamente por las corrientes de aire.

¡Qué hermosa ave! –le dijo a la gallina que se hallaba a su lado – ¿Cuál es su nombre?

Águila, la reina de las aves – le contesto ésta – Pero no te hagas ilusiones: nunca serás como ella.Parábolas

El águila vieja dejó, en efecto, de prestarle atención.

Murió creyendo que era gallina.